Guía para docentes: el TDAH en el aula

¿Qué es el TDAH?

TDAH son las siglas para “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, un trastorno de origen neurobiológico que se origina en la infancia que se caracteriza por tener tres síntomas principales: falta de atención, hiperactividad e impulsividad.

Pero no todo lo que parece TDAH lo es, ya que es frecuente encontrar dichas características en la infancia, ya que los niños están muy activos, por eso es importante estar atento a los diferentes criterios que deben cumplirse para poder plantear un posible diagnóstico de TDAH.

¿Cómo distingo un trastorno por déficit de atención e hiperactividad?

Tener un niño o adolescente con TDAH en el aula siempre representa un reto, pero hay que recordar que el hecho de que el alumno/a sea inquieto/a o se distraiga con facilidad no es razón suficiente para considerar que realmente tenga este trastorno. Por eso, es importante que los docentes se actualicen y reciban información y formación de calidad sobre este tema.

Hay que destacar que los docentes no deben ser los que ofrezcan un diagnóstico al niño o niña, sino que ante la posible sospecha de un posible TDAH, el docente debe acatar los protocolos correspondientes para que un profesional de la salud evalúe a al niño o niña y tomen la decisión correcta. Pero para que esto suceda, es necesario que el docente tenga conocimientos del trastorno y sepa identificarlo.

Según el “Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales” deben cumplirse los siguientes criterios:

  • Manifiestan estas conductas de forma desproporcionada en comparación con los otros niños de su edad y respecto a su grado de desarrollo.
  • Presente desde antes de los 12 años.
  • Afecta al menos dos ambientes distintos de la vida del niño: vida escolar, social y/o familiar.
  • Desgasta su calidad de vida.
  • No es causado por un problema médico u otro problema psiquiátrico.

Hay que tener presente que más allá de que se haya podido identificar dichos criterios positivamente, es necesario acudir a un profesional de la salud especializado para realizar un diagnóstico clínico acertado.

Clínicamente, estudios han demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen cinco veces más riesgo de tenerlo que personas sin antecedentes familiares de dicho trastorno.

 

¿Cuáles son los síntomas del TDAH?

Además de los criterios mencionados anteriormente, el TDAH tiene tres síntomas nucleares (o principales) que se detallan a continuación:

Hiperactividad: es uno de los síntomas más fáciles de reconocer dada su evidencia. La persona con hiperactividad habla en exceso, falta de constancia, cambia de actividades sin finalizar ninguna, le cuesta permanecer quieto cuando es necesario y se mueve en momentos en los que no resulta apropiado.

Déficit de atención: se caracteriza por no prestar atención a los detalles, tiene cierta dificultad para terminar las tareas, no mantiene la atención durante un tiempo prolongado, se distrae fácilmente, cambia frecuentemente de conversación, entre otras.

Impulsividad: la persona con impulsividad se caracteriza por ser impaciente, no piensa antes de actuar, suele tener conflictos con los adultos e interrumpe constantemente a los demás.

 

Además de los síntomas y criterios mencionados anteriormente, en la mayoría de los casos de TDHA en niños de edad escolar, se experimentan dificultades académicas en relación con el resto de sus compañeros. Frecuentemente presentan algunos de estos problemas:

  • Son incapaces de esperar su turno.
  • Presentan deberes incompletos.
  • Se distraen fácilmente.
  • Tienen conductas inapropiadas e interrumpen.
  • Se muestran agresivos.
  • Parecen no escuchar cuando se les habla.
  • Tienen dificultad para establecer un orden y para aceptar las normas.

Es frecuente que el TDAH se diagnostique en los niños una vez que comienzan la educación primaria, dicho diagnóstico coincide con las dificultades en el rendimiento escolar.

TDAH en el aula: el rol del docente y de la escuela

Es importante que el docente, al ser consciente que cuenta con un alumno con TDAH adapte su enseñanza a las necesidades que presenta, sin olvidar que el resto de sus estudiantes también tienen sus propias necesidades, tanto educativas como personales, que también deben ser atendidas.

Como mencionamos anteriormente en este artículo, es importante que el docente esté preparado para los desafíos diarios que se le presenten en el aula, por eso,  recomendamos que los docentes continúen su formación con cursos especializados, como los que puedes encontrar en nuestro catálogo aquí

El curso “Estrategias de intervención con niños y adolescentes con TDAH”  está orientado a maestros, pedagogos, educadores sociales o familias interesadas en entender qué es este trastorno y conocer estrategias para ayudar a los niños y niñas que lo tengan.

 

El curso ofrece a los interesados el aprendizaje de diferentes habilidades y estrategias para tratar a los niños y niñas con TDAH. Además, ofrece estrategias de utilidad para orientar a las familias y ofrecerles herramientas para mejorar la relación con sus hijos.

Al finalizar el curso, los docentes encontrarán claves para identificar el TDAH e intervenir en el contexto académico, familiar, social y cultural. Además, serán capaces de entender cómo funciona el cerebro del estudiante con TDAH y cómo funciona su atención, distinguir las manifestaciones y los síntomas del TDAH, analizar la evolución del trastorno y su diagnóstico y aplicar diferentes estrategias para la intervención a la hora de ayudar a los alumnos con TDAH.

Para finalizar, destacamos que debe comunicarse que la diversidad siempre debe ser tomada como un elemento enriquecedor del aula, del cual podemos aprender y nos ayuda a mejorar.

Una vez que entendamos y enseñemos que todos somos diferentes, podremos crear un clima de respeto y confianza en nuestro salón de clases, comprometiendo a los alumnos en su propio proceso de aprendizaje e involucrándose con el de sus compañeros.